Cómo llamarlos… ¿víctimas, presos, rehenes o esclavos del sistema capitalista? Seguramente las respuestas son multifacéticas.
Algunos lo llaman mano de obra barata, pero eso es una manera de “camuflar” el abuso. Sin lugar a dudas los inmigrantes bolivianos, convertidos en siervos, son victimas del sistema. Jornadas de trabajo de 17 horas con un salario estimado en $400 a $550 dependiendo de la producción, obreros que se quedan dormidos sobre las máquinas, niños mal alimentados que no van a la escuela “para no entorpecer la producción” y los fines de semana, fiestas regadas con vino barato y cerveza, que el jefe hace tomar a sus empleados “para que no sean tan infelices”. Marx hace alusión a estas cuestiones en su libro “El Capital”, argumentando que el capitalismo impide al hombre desarrollar sus potencialidades humanas, provocando como consecuencia de la alienación, su deshumanización.
Cansados ya, de esta situación prisionera y de explotación, los inmigrantes bolivianos deciden agruparse y formar una clase dominante para “derrotar” a aquellos empresarios explotadores. Tanto es así que realizaron movilizaciones con el fin de que se respete y privilegien la dignidad y los derechos humanos. Podemos dar vuelta alguna que otra página en un libro, recurrir a la historia y encontrarnos con Hegel o Marx quienes hablaron sobre el materialismo dialéctico, concepto perfectamente aplicable a esta situación. “Toda la realidad tenía su propia antitesis dentro de si misma y después de un determinado proceso la antitesis reformulaba la tesis y ahí surge lo que se denomina síntesis”. Primeramente tomamos como tesis a los capitalistas, como antitesis a los inmigrantes. Luego esta situación se reformulará de manera tal, que se invierten los roles. Lo que se traduce en una síntesis, que tiene como objetivo la igualdad y regularización de una cantidad de inmigrantes bolivianos que hasta hace muy poco tiempo estaban sometidos al capitalismo enfermizo, sin que nadie sepa de ellos ¿habrá más personas, en similares características que fueron tomadas de rehenes por ese gigante ambicioso llamado capitalismo? La respuesta, esta en la realidad.
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