- Usted plantea la necesidad de lo que llama mediadores tecnológicos intergeneracionales. ¿Qué rol deberían cumplir esos agentes?
- La denominación es rimbombante, pero la función es indispensable y casi inexistente. Hoy conviven muchas culturas, pero las dos más notorias, y que están coexistiendo con mucha dificultad, son la del libro y la de la pantalla. Los mediadores de los que hablo deberían ser una especie de traductores entre ambas culturas. Los veo en una función provisoria y limitada, pero necesaria, porque el libro y la pantalla están en conflicto, y en ese conflicto existe una violencia simbólica muy grande.
[Por: Leo González Pérez para Clarín]
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