Por: Fernando Candeias
Con el tiempo las peleas se fueron haciendo habituales. Ella intentaba imponer su postura, ruda, soberbia y autoritariamente; él no se quedaba atrás, peleaba por lo suyo, sin embargo los perjudicados eran ambos.
La que percibía todo, absolutamente todo, era la hija del matrimonio. No lograba entender porqué sus padres no se ponían de acuerdo. Tenía en claro que su mamá era una mujer feminista, de una personalidad fuerte, soberbia, autoritaria, arrogante y con pocas pulgas. Su papá era una gringo con personalidad, peleaba a muerte por lo suyo, no le gustaba que su esposa se le imponga desde el despotismo.
Idas y vueltas, cruces, indefiniciones... Ella gobierna con la necesidad de imponer un estilo, él produce bronca y a su manera trata de defenderse, de llegar a un acuerdo.
Ella no está dispuesta a reconocer el error de querer retenerlo, él no está dispuesto a sentarse a dialogar con una mujer que no es capaz de concensuar.
Esa es la historia de Cristina y Alfredo un matrimonio en crisis que lo único que consigue es que sufra la nena... que sufra Argentina.
Foto: Malvinas Argentinas (Flickr)
Con el tiempo las peleas se fueron haciendo habituales. Ella intentaba imponer su postura, ruda, soberbia y autoritariamente; él no se quedaba atrás, peleaba por lo suyo, sin embargo los perjudicados eran ambos.
La que percibía todo, absolutamente todo, era la hija del matrimonio. No lograba entender porqué sus padres no se ponían de acuerdo. Tenía en claro que su mamá era una mujer feminista, de una personalidad fuerte, soberbia, autoritaria, arrogante y con pocas pulgas. Su papá era una gringo con personalidad, peleaba a muerte por lo suyo, no le gustaba que su esposa se le imponga desde el despotismo.
Idas y vueltas, cruces, indefiniciones... Ella gobierna con la necesidad de imponer un estilo, él produce bronca y a su manera trata de defenderse, de llegar a un acuerdo.
Ella no está dispuesta a reconocer el error de querer retenerlo, él no está dispuesto a sentarse a dialogar con una mujer que no es capaz de concensuar.
Esa es la historia de Cristina y Alfredo un matrimonio en crisis que lo único que consigue es que sufra la nena... que sufra Argentina.
Foto: Malvinas Argentinas (Flickr)
1 Comentarios:
Cómo te va Fernando, la verdad que duele ver toda la situación que vivimos día a día en nuestro país, pero es lo que nos toca vivir y tenemos que seguir haciendolo aunque nos duela y cambiemos de pensamientos.
Abrazos grande
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