Museo de la pasión boquense

Por: Fernando Candeias

Según la vigésima segunda edición del diccionario de la lengua española la palabra museo tiene diversas acepciones: “Lugar en que se guardan colecciones de objetos artísticos, científicos o de otro tipo, y en general de valor cultural, convenientemente colocados para que sean examinados o “Lugar donde se exhiben objetos o curiosidades que pueden atraer el interés del público, con fines turísticos”.


El Ajax de Holanda tiene un museo que resume toda su historia en el corazón de su magnífico Ámsterdam Arena. El Manchester United, club con mayor cantidad de socios del mundo, posee un predio que encierra toda su tradición. El Barcelona y el Real Madrid, los clubes más importantes de España, muestran orgullosos todos sus trofeos en vastas vitrinas repletas de leyendas y mitos. Boca Juniors se encasilla dentro de los clubes más grandes del planeta, y también tiene el suyo.

En Brandsen 805, debajo de la tribuna que da hacia el riachuelo se encuentra el Museo de la Pasión Boquense, uno de los lugares que el hincha no puede dejar de visitar. Allí podrá encontrar pequeños y grandes recuerdos muy significativos que forman parte de la historia Xeneize.

Todos y cada uno de los futbolistas que jugaron al menos un partido en la primera división, a lo largo de la historia, desde 1931 (año en que se inicia la era profesional en el fútbol argentino) hasta el 2001; desde Roberto Mouzo con 426 partidos en primera división, hasta Julio Cesar Alcorsé quien estuvo en Boca por espacio de 1 año y jugó un solo partido. Todos absolutamente todos, inscriptos en un mural. Con su nombre, apellido, foto, año del debut y partidos jugados.

Son más de 3000 estrellas las que están ubicadas en uno de los paneles del Museo de la Pasión Boquense. “Los socios fundadores tienen una estrella con su nombre que queda para siempre en una de las paredes; donde late la pasión, la historia, el presente y el futuro” comenta un guía del lugar a un turista Colombiano. Entre los diferentes nombres que se dibujan, llama la atención los de algunos hinchas: Ubaldo Rattin, Antonio Roma, Nicolás Novello, Diego Armando Maradona, entre otros. Futbolistas que, literalmente, jugaban por la camiseta. También está presente alguien que no podía ser ajena a la estrella y a la historia azul y oro, María Ester Duffou mas conocida como La Raulito.

Los colores, a lo largo del recorrido, se pueden ver en el rincón auspiciado por Nike, la firma que viste al club. Un total de 29 camisetas. Para todos los gustos y edades: La primera que se utilizó, en abril de 1905 y la última, antes de adoptar los colores definitivos. El conjunto utilizado por única vez durante la final de la Copa Libertadores de América de 1977 contra el Cruzeiro de Brasil en Montevideo. La indumentaria que vistió a Boca en el partido de ida de la Copa Intercontinental ante el Borussia Monchengladbach alemán en 1978. El modelo presentado por Nike en 1998 en el cual se agranda la banda amarilla hasta los 33 centímetros y aparece la tela “Dri-fit” como novedad anti-transpiración.


Un cine con forma de pelota gigante es el pasaporte para cumplir un sueño, fugaz por cierto, que dura 8 minutos y medio. Seis pantallas proyectan la sensación única de jugar un partido en el estadio Alberto J. Armando. “Sos un jugador mas, estas a punto de salir a la cancha. Periodistas, camarógrafos, fotógrafos, relatores están todos pendientes de vos“, comenta el locutor. La cancha explota de papelitos, los cánticos envuelven la escena y el espectador se transporta al césped de la bombonera. Un sonido surround y una calidad fílmica inigualable hacen que el primer cine proyectado en 360° en sudamérica sea una de las principales atracciones de museo.

“Nos visitan un promedio de 500 personas por día, más de 100.000 al año. En su mayoría colombianos, ecuatorianos, venezolanos, peruanos, mexicanos, brasileros y chilenos; hemos tenido también españoles, ingleses, panameños, hondureños e italianos”, explica Mario Lizaso uno de los encargados de relaciones públicas del Museo de la Pasión Boquense.

Todos los años en los cuales Boca obtuvo un campeonato, desde el amateurismo hasta el 2000, están contemplados en una línea de 72 monitores, tres por cada campeonato. Uno muestra las imágenes del equipo en su camino al título, otro los acontecimientos más importantes de Argentina y el último los hechos más relevantes en el mundo en esa época.

Dentro de los objetos más relevantes que tienen que ver con la historia del club se encuentran: la piedra fundacional (colocada en el estadio en noviembre de 1938), el libro oficial de la gira europea de 1925 (con telegramas y artículos). La camiseta de Pelé, que intercambió con Antonio Rattin a mediados de la década del 60, cuando Boca enfrentó al Santos. El trofeo del primer campeonato de la era profesional. Una de las últimas piezas agregada al museo es una de las joyas más llamativas. Se trata de la guitarra realizada por el Luthier Rodolfo Pensa Martinelli, exclusivamente con los colores de Boca, para el recital que brindó Lenny Kravitz en marzo del 2005 en la bombonera, con motivo del centenario del club.

Desde el más veterano, amante del gran “Toto” Lorenzo, hasta el más joven, que venera a Carlos Bianchi, tienen un lugar común para sentir la alegría y la nostalgia. Esa misma que alguna tarde, desde una tribuna, los hizo movilizar para gritar un gol con la garganta… o llorar una derrota, con el corazón.

Fotos: Fernando Candeias


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