(Por: Fernando Candeias para Ticespor)
Habría que ser muy habilidoso para conjugar en una nota, ensayo o crónica dos libros y una película. Vale la pena el intento y resulta atinado el desafío.
Habría que ser muy habilidoso para conjugar en una nota, ensayo o crónica dos libros y una película. Vale la pena el intento y resulta atinado el desafío.
Déjà vu (Película dirigida por Tony Scott y protagonizada por Denzel Washington, Val Kilmer, Paula Patton y Bruce Greenwood) 1984 y Rebelión en la Granja (Novelas escritas por George Orwell) pueden simplificar la actualidad de Boca.
La derrota Xeneize en el Superclásico significó un descuento en el historial de enfrentamientos de torneos AFA en el profesionalismo, River quedó a 6. Si Boca ganaba sacaba 8 por primera vez; el dato estadístico made in @silviomaverino sirve sólo para ilustrar una situación y hasta podría quedar como anecdótico, aunque al repasar los últimos años de Boca queda claro el desmanejo dirigencial y la falta de contundencia en cuanto a resultados deportivos.
Déjà vu
Desde el alejamiento de Carlos Bianchi como técnico de Boca en el Clausura 2004, se consiguió un 8° puesto en el Apertura 2004 con Miguel Ángel Brindisi como técnico hasta la fecha 14; la renuncia llegó luego de la derrota 2 a 0 ante el River de Leonardo Astrada en el estadio Monumental y quien se hizo cargo del equipo posteriormente fue el “Chino” Jorge Benítez.
En el Clausura 2005 en medio de un interinato de Benítez y luego de Abel Álves, Boca quedó decimoquinto en el torneo con 22 puntos contra 39 del campeón (Vélez Sarsfield); 6 partidos ganados, 4 empatados y 8 perdidos.
En el Apertura 2005, por sugerencia/ recomendación de Diego Armando Maradona, Alfio Basile asumió como técnico de Boca y salió campeón; se ganaron 12 partidos, se empataron 4 y hubo 3 derrotas.
El Clausura 2006 sirvió para confirmar lo conseguido en el torneo anterior, Boca volvía a salir campeón y el equipo –de memoria- empezaba a dar sus frutos.
El Apertura 2006 fue testigo del pasaje de Basile al seleccionado argentino; el Coco dirigió Boca hasta la fecha 6, luego llegó Lavolpe. En ese torneo se consiguió el subcampeonato.
Luego llegarían el segundo puesto con Russo en el Clausura 2007 y el cuarto puesto en el Apertura 2007; el segundo puesto con Ischia (llegó a Boca por sugerencia de Bianchi) en el Clausura 2008 y el campeonato ganado en el Apertura 2008 por quien fuera ayudante de campo del Virrey.
Lo que continúa es el comienzo del abismo; decimocuarto puesto en el Clausura 2009 con Ischia y luego Álves como entrenadores; decimoprimer puesto con el regreso de Alfio Basile en el Apertura 2009 y decimosexto lugar en el Clausura 2010 con Álves primero (quien ya no era interino) y Pompei (como interino).
Hoy la realidad indica que Boca está 15° en el Apertura 2010; 9° en la tabla de promedios y cierra el torneo sin haber ganado clásicos; lo cual no le ocurría desde el Clausura 2009.
Los técnicos, quedó demostrado, son sólo fusibles de una situación insostenible que supera a lo futbolístico.
Rebelión en la Granja
Ese grupo de animales comandados por el cerdo mayor son quienes hacen y deshacen, a su antonjo, para salirse con la suya. En aquella novela la intención era crear un sistema de gobierno propio, es decir, establecer sus propias reglas. En la analogía con Boca hay dos grupo (anteriormente rotulados como Halcones y Palomas) que intenta establecer las reglas del juego y allí se producen los cortocircuitos (para mayor información recordar esta imagen).
Aquellos que “GANARON TODO” quieren manejar el vestuario y arrastran a los más jóvenes, manejables por cierto. Allí se arman los grupos y camarillas. Quienes van al choque son las segundas líneas y todos cuestionan las decisiones que toma un cabeza de grupo. Un ejemplo fino y claro fue el de Juan Román Riquelme. El viernes 12 de noviembre a las 23:22 tuiteé: “Riquelme se pierde el Superclasico, se desgarró; me dijo un colega que merece mis respetos”, finalmente Román jugó, pero a los 8 minutos del primer tiempo anunció que no podía seguir, pero quiso aguantar. Algunos dicen que no salió en medio del primer tiempo para no recibir insultos. Lo cierto es que perdió muchas pelotas y que no estaba en condiciones: ¿Error del técnico en ponerlo o presión del jugador por estar? Sea cual fuere la respuesta el resultado final fue negativo para Boca.
1984
Ese ojo observador y vigilante que podemos definir como Gran Hermano es el nuestro, el de los periodistas. Los que tenemos los apuros o, en algunos casos necesidades, de los buenos resultados y somos los primeros en sugerir que “un ciclo está cumplido” luego de 2, 3 o 4 derrotas consecutivas para postular al técnico amigo de turno; claro está hay excepciones a la regla.
El ojo observador es el que también, en muchos casos, lleva y trae. El que fabrica y magnifica, pero también el que anticipa según cómo están planteadas las cosas. Un ejemplo es el caso Lucchetti y el intercambio, subido de tono, entre Borghi y Viatri.
Los referentes se esconden en declaraciones poco objetivas en las que, en términos futbolísticos, tiran la pelota afuera.
“Fue un partido chato. Nos ganaron con una pelota parada”, manifestó Riquelme luego de un partido en el que River dominó y manejó el juego (con muy poquito) y Boca no generó situaciones de peligro en el arco rival. No existe la autocrítica, no existe la vergüenza deportiva.
0 Comentarios:
Publicar un comentario