De pibe, Martín Palermo, compartía sus ratos libres entre los estudios y el fútbol. Arrancó en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús y terminó sus últimos dos años del secundario en la nocturna del Normal Benito Lynch. Su carrera futbolística empezó prácticamente de casualidad. Su hermano mayor era arquero de las divisiones inferiores de Estudiantes de La Plata, un día Martín lo fue a ver a un entrenamiento y como faltaba un jugador le preguntaron si se animaba y él acepto. Luego lo probaron en lo que sería el Baby fútbol, también en el mismo club, y quedó como arquero. En un torneo organizado por la municipalidad con tan sólo 6 años ya había logrado su primer título.
Profesionalmente, debutó en Estudiantes de La Plata en 1992. En el 97 desembarcó en Boca, para hacer historia; luego partió al Villarreal (2002- 03), pasó un año por el Betis (2003) y otro por el Alavés (2004), para luego regresar al Xeneize y mantenerse hasta la actualidad.
Una productora de cine y televisión ofreció, hace ya unos años, hacer un libro y una película sobre su carrera, el proyecto sigue en pie y, mientras tanto, él suma capítulos.
Diego Armando Maradona lo incluyó en la última convocatoria al seleccionado argentino para los partidos de eliminatorias frente a Brasil y a Paraguay. Él lo vive como una revancha, como una segunda oportunidad. En su memoria sigue latente el recuerdo de aquellos tres penales herrados en la Copa América de 1999 frente a Colombia, aunque “el optimista del gol”, como alguna vez lo definió Carlos Bianchi, quiere que su recuerdo con la celeste y blanca sea otro. A Diego lo conoció en un Estudiantes- Boca: “Ambos éramos capitanes de nuestros equipos, fuimos al sorteo, hicimos la foto y cuando terminamos le digo: ¿Maradona me puede cambiar la camiseta?”. Aún lo recuerda con un dejo de inocencia y otro de admiración. Así se conocieron hace 18 años y hoy el fútbol los vuelve a cruzar: al “10” como Director Técnico y al “9” una vez más, como “9”.
Para aquellos que aún lo cuestionan valen sus números: está entre los 15 máximos goleadores de la historia del fútbol argentino, hizo su gol número 100 con los ligamentos de la rodilla derecha rotos, convirtió un tanto de penal con los dos pies contra Platense en el Clausura 99 (se resbaló al patear), fue distinguido como “Rey del Fútbol de América” por el diario El Pais, de Uruguay, en 1998, y en 2007 por la revista española Don Balón, porque en un año hizo 24 goles. Los lectores de la página oficial de FIFA lo eligieron, mediante encuestas, como el mejor cabeceador del mundo, superando por una mínima diferencia al alemán Miroslav Klose. Además fue el goleador y campeón, con 20 tantos, del Torneo Apertura de 1998; fue, también, campeón en el Clausura 99 y en los Aperturas del 2000, 2005 y 2008. Salió campeón del Clausura 2006. Además fue, con 11 goles, goleador del Torneo Clausura. En el 2000 ganó la Copa Libertadores y la Intercontinental, esta última también la ganó en 2003. Fue campeón en 2004 y 2005 de la Copa Sudamericana año en el que también consiguió la Recopa. Fue Sub- campeón en el Mundial de Clubes de 2007 y se sacó la espina de la Copa Libertadores conseguida el mismo año. En 2008 fue campeón de la Recopa Sudamericana. En su currículum figuran 510 partidos y 262 goles. El seleccionado le da otra posibilidad y él no la quiere desaprovechar. Un nuevo capítulo, de una misma historia.
Profesionalmente, debutó en Estudiantes de La Plata en 1992. En el 97 desembarcó en Boca, para hacer historia; luego partió al Villarreal (2002- 03), pasó un año por el Betis (2003) y otro por el Alavés (2004), para luego regresar al Xeneize y mantenerse hasta la actualidad.
Una productora de cine y televisión ofreció, hace ya unos años, hacer un libro y una película sobre su carrera, el proyecto sigue en pie y, mientras tanto, él suma capítulos.
Diego Armando Maradona lo incluyó en la última convocatoria al seleccionado argentino para los partidos de eliminatorias frente a Brasil y a Paraguay. Él lo vive como una revancha, como una segunda oportunidad. En su memoria sigue latente el recuerdo de aquellos tres penales herrados en la Copa América de 1999 frente a Colombia, aunque “el optimista del gol”, como alguna vez lo definió Carlos Bianchi, quiere que su recuerdo con la celeste y blanca sea otro. A Diego lo conoció en un Estudiantes- Boca: “Ambos éramos capitanes de nuestros equipos, fuimos al sorteo, hicimos la foto y cuando terminamos le digo: ¿Maradona me puede cambiar la camiseta?”. Aún lo recuerda con un dejo de inocencia y otro de admiración. Así se conocieron hace 18 años y hoy el fútbol los vuelve a cruzar: al “10” como Director Técnico y al “9” una vez más, como “9”.
Para aquellos que aún lo cuestionan valen sus números: está entre los 15 máximos goleadores de la historia del fútbol argentino, hizo su gol número 100 con los ligamentos de la rodilla derecha rotos, convirtió un tanto de penal con los dos pies contra Platense en el Clausura 99 (se resbaló al patear), fue distinguido como “Rey del Fútbol de América” por el diario El Pais, de Uruguay, en 1998, y en 2007 por la revista española Don Balón, porque en un año hizo 24 goles. Los lectores de la página oficial de FIFA lo eligieron, mediante encuestas, como el mejor cabeceador del mundo, superando por una mínima diferencia al alemán Miroslav Klose. Además fue el goleador y campeón, con 20 tantos, del Torneo Apertura de 1998; fue, también, campeón en el Clausura 99 y en los Aperturas del 2000, 2005 y 2008. Salió campeón del Clausura 2006. Además fue, con 11 goles, goleador del Torneo Clausura. En el 2000 ganó la Copa Libertadores y la Intercontinental, esta última también la ganó en 2003. Fue campeón en 2004 y 2005 de la Copa Sudamericana año en el que también consiguió la Recopa. Fue Sub- campeón en el Mundial de Clubes de 2007 y se sacó la espina de la Copa Libertadores conseguida el mismo año. En 2008 fue campeón de la Recopa Sudamericana. En su currículum figuran 510 partidos y 262 goles. El seleccionado le da otra posibilidad y él no la quiere desaprovechar. Un nuevo capítulo, de una misma historia.
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