Por: Fernando Candeias para EnOffside
El 4 de agosto de 1905 fue un día especial para un grupo de jóvenes platenses. Luego de idas y vueltas lograron cumplir el sueño que los desveló durante varias noches. Tenían como meta crear una institución que los identificara y que quedase en la historia, así crearon Estudiantes de La Plata. “Nadie dudó el nombre que en adelante debíamos defender, casi todos los allí presentes éramos estudiantes y la sola insinuación que éste debía ser el nombre fue recibida con franca aprobación”, relató en aquel momento Tomás Shedden, fundador del club. La creación tenía un fundamento básico: ser un poderoso del fútbol.
Si uno navega por la historia de Estudiantes se encontrará con Alberto Zozaya, primer goleador del fútbol argentino y autor de la primera conquista del torneo del profesionalismo de 1931. Aparecerán las campañas admirables de “Los Profesores” que datan de 1920, allí la delantera integrada por Miguel Ángel Lauri, Alejandro Scopelli, Alberto Zozaya, Manuel Ferreira y Enrique Guaita, sería la base que, tras consagrarse subcampeón del último certamen del amateurismo, en 1930, pelearía hasta las últimas fechas por el título de Primera División en el torneo inaugural de la era profesional. Los historiadores tendrán un apartado para el delantero trenquelauquense Manuel “Nolo” Ferreira, musa inspiradora de Agustín Paredes y Carlos Deamici, quienes en la década del 20 difundieron un tango en su honor que destacaba “su estética impecable y su técnica sin par”. Pocos podrán olvidar el gol de rabona de Beto Infante; los años 60 escritos por Zubeldía; los comienzos de los 80 con Bilardo; el descenso, el ascenso y el tetracampeonato de América con Juan Sebastián Verón como abanderado y continuador de una generación que marcó la esencia de Estudiantes.
“Muchos chicos salidos de inferiores, más las ganas de ganar hacen que Estudiantes tenga esa sed de triunfos que lo caracteriza”, sostiene Juan Ramón Verón ante la consulta de EnOffside. Esa, parece ser la receta que fue transmitiéndose a lo largo de los años y de las generaciones que fueron portando la camiseta pincha.
Algún que otro hincha de Estudiantes, seguramente, conservará en algún cajón y bajo varias llaves, un almanaque de 1968 con una marca que destaca el 25 de septiembre. Ese día se jugó el partido de ida de la Copa Intercontinental, frente al Manchester United, ante 35.000 personas y en el estadio de Boca Juniors. Estudiantes, dirigido por Osvaldo Zubeldía, salió a la cancha con: Poletti; Malbernat, Aguirre Suárez, Madero, Medina; Bilardo, Pachamé, Togneri; Ribaudo, Conigliaro y Verón. Mientras que el Manchester United de Mat Busby con: Stephey; Dunne, Foulkes, Stiles, Burns; Creams, Saddler, Bobby Charton; Morgan, Denis Law y George Best. El árbitro, fue el paraguayo Sosa Miranda. “Ese partido iba a ser clave ya que debíamos ganar y si era posible con alguna diferencia de gol para luego viajar a Inglaterra serenos y confiados”, manifestó, previo a aquel partido, el entrenador Osvaldo Zubeldía. Estudiantes lo ganó.
“Fue todo albirrojo, empujado por la multitud, Estudiantes metió en un arco al equipo que dirigía el Sir. Mat Busby que se limitó a aguantar. Una y otra vez llegó hasta las barbas del arquero Stephey hasta que en el minuto 27, Marcos Conigliaro ganó en lo alto en el salto junto a Togneri y marcó la diferencia”, resume la revista deportiva El Clásico de La Plata en una edición especial. Las crónicas de la época pintarán una escena de película. Tras el pitazo final que definió un 1 a 0 a favor de Estudiantes, los hinchas pinchas quedaron desconsolados por haber hecho tan sólo un gol, del otro lado festejaban. El tiempo tendría la respuesta y Estudiantes la razón.
El 16 de octubre se jugó la vuelta, en el Old Trafford con el arbitraje del Yugoslavo Konstantin Zecevic. Fue empate 1 a 1 con goles de Juan Ramón Verón y de Morgan. Ese partido fue el broche final para un Estudiantes que gritó campeón e hizo hablar al mundo, aunque en la previa pocos se la jugaban por el equipo de Zubeldia. “Es casi imposible que Estudiantes se lleve la Copa, porque jamás ganó aquí un equipo argentino. Manchester tiene encima un gran equipo con jugadores de nivel internacional. Soñar con la vuelta olímpica, suena casi irrisorio, pero hay que esperar. El fútbol es impredecible”, señalaba, en la previa de partido, el “Gordo” Muñoz. Estudiantes gambeteó las estadísticas y quedó en la historia.
El 25 de septiembre se cumplen 41 años de aquel primer paso dado en la Bombonera; el gol de Marcos Conigliaro propuso el sueño y 21 días después el de Juan Ramón Verón lo cumplió. Estudiantes era campeón intercontinental.
El 4 de agosto de 1905 fue un día especial para un grupo de jóvenes platenses. Luego de idas y vueltas lograron cumplir el sueño que los desveló durante varias noches. Tenían como meta crear una institución que los identificara y que quedase en la historia, así crearon Estudiantes de La Plata. “Nadie dudó el nombre que en adelante debíamos defender, casi todos los allí presentes éramos estudiantes y la sola insinuación que éste debía ser el nombre fue recibida con franca aprobación”, relató en aquel momento Tomás Shedden, fundador del club. La creación tenía un fundamento básico: ser un poderoso del fútbol.
Si uno navega por la historia de Estudiantes se encontrará con Alberto Zozaya, primer goleador del fútbol argentino y autor de la primera conquista del torneo del profesionalismo de 1931. Aparecerán las campañas admirables de “Los Profesores” que datan de 1920, allí la delantera integrada por Miguel Ángel Lauri, Alejandro Scopelli, Alberto Zozaya, Manuel Ferreira y Enrique Guaita, sería la base que, tras consagrarse subcampeón del último certamen del amateurismo, en 1930, pelearía hasta las últimas fechas por el título de Primera División en el torneo inaugural de la era profesional. Los historiadores tendrán un apartado para el delantero trenquelauquense Manuel “Nolo” Ferreira, musa inspiradora de Agustín Paredes y Carlos Deamici, quienes en la década del 20 difundieron un tango en su honor que destacaba “su estética impecable y su técnica sin par”. Pocos podrán olvidar el gol de rabona de Beto Infante; los años 60 escritos por Zubeldía; los comienzos de los 80 con Bilardo; el descenso, el ascenso y el tetracampeonato de América con Juan Sebastián Verón como abanderado y continuador de una generación que marcó la esencia de Estudiantes.
“Muchos chicos salidos de inferiores, más las ganas de ganar hacen que Estudiantes tenga esa sed de triunfos que lo caracteriza”, sostiene Juan Ramón Verón ante la consulta de EnOffside. Esa, parece ser la receta que fue transmitiéndose a lo largo de los años y de las generaciones que fueron portando la camiseta pincha.
Algún que otro hincha de Estudiantes, seguramente, conservará en algún cajón y bajo varias llaves, un almanaque de 1968 con una marca que destaca el 25 de septiembre. Ese día se jugó el partido de ida de la Copa Intercontinental, frente al Manchester United, ante 35.000 personas y en el estadio de Boca Juniors. Estudiantes, dirigido por Osvaldo Zubeldía, salió a la cancha con: Poletti; Malbernat, Aguirre Suárez, Madero, Medina; Bilardo, Pachamé, Togneri; Ribaudo, Conigliaro y Verón. Mientras que el Manchester United de Mat Busby con: Stephey; Dunne, Foulkes, Stiles, Burns; Creams, Saddler, Bobby Charton; Morgan, Denis Law y George Best. El árbitro, fue el paraguayo Sosa Miranda. “Ese partido iba a ser clave ya que debíamos ganar y si era posible con alguna diferencia de gol para luego viajar a Inglaterra serenos y confiados”, manifestó, previo a aquel partido, el entrenador Osvaldo Zubeldía. Estudiantes lo ganó.
“Fue todo albirrojo, empujado por la multitud, Estudiantes metió en un arco al equipo que dirigía el Sir. Mat Busby que se limitó a aguantar. Una y otra vez llegó hasta las barbas del arquero Stephey hasta que en el minuto 27, Marcos Conigliaro ganó en lo alto en el salto junto a Togneri y marcó la diferencia”, resume la revista deportiva El Clásico de La Plata en una edición especial. Las crónicas de la época pintarán una escena de película. Tras el pitazo final que definió un 1 a 0 a favor de Estudiantes, los hinchas pinchas quedaron desconsolados por haber hecho tan sólo un gol, del otro lado festejaban. El tiempo tendría la respuesta y Estudiantes la razón.
El 16 de octubre se jugó la vuelta, en el Old Trafford con el arbitraje del Yugoslavo Konstantin Zecevic. Fue empate 1 a 1 con goles de Juan Ramón Verón y de Morgan. Ese partido fue el broche final para un Estudiantes que gritó campeón e hizo hablar al mundo, aunque en la previa pocos se la jugaban por el equipo de Zubeldia. “Es casi imposible que Estudiantes se lleve la Copa, porque jamás ganó aquí un equipo argentino. Manchester tiene encima un gran equipo con jugadores de nivel internacional. Soñar con la vuelta olímpica, suena casi irrisorio, pero hay que esperar. El fútbol es impredecible”, señalaba, en la previa de partido, el “Gordo” Muñoz. Estudiantes gambeteó las estadísticas y quedó en la historia.
El 25 de septiembre se cumplen 41 años de aquel primer paso dado en la Bombonera; el gol de Marcos Conigliaro propuso el sueño y 21 días después el de Juan Ramón Verón lo cumplió. Estudiantes era campeón intercontinental.
[Manchestar United - Estudiantes (1968, Old Trafford)]
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