(Por: Fernando Candeias para Ticespor)
En 1991 se lanzó el disco Innuendo, allí Queen firmó un tema que, con el tiempo, se convertiría en himno: “The Show Must Go On”.
Cuando dicha canción se escribió, ya se sabía que Freddy Mercury tenía sida. Su cuerpo empezaba a dar señales de lo que estaría por llegar, pero dejo un claro mensaje; el espectáculo debía continuar.
Cuando se conoció la noticia del fallecimiento del ex Presidente de Argentina, Néstor Kirchner, las muestras de acompañamiento llegaron desde distintos planos: el internacional, el del espectáculo, el político y el deportivo, por citar algunos.
Hace unos años, en una entrevista televisiva, el ex Presidente declaraba: “Cuando era chico jugaba al básquet, al fútbol y al vóley… me hubiese gustado jugar bien a las tres cosas”. El tiempo lo condujo al camino de la política y la militancia aunque siempre, el deporte, estuvo presente.
Integró el equipo de básquet de su colegio secundario, el Nacional República de Guatemala de Río Gallegos, “no jugaba nunca” llegó a confesar. Era un reconocido hincha de Racing, sentimiento compartido con Juan Domingo Perón.
Carlos Tuñón, amigo de la infancia de Néstor Kirchner, lo pintó de cuerpo entero: “Era el personaje del equipo. Cuando había que calentar al rival, entraba. Hacía jugadas al estilo de los Globetrotters y los adversarios se enervaban... Y las hinchadas rivales también”.
El anecdotario deportivo lo enmarca como pícaro… o tramposo, cuentan que en un amistoso ante un conjunto chileno, el equipo de Néstor estaba un punto arriba en el marcador a escasos segundos del final; un jugador trasandino tomó la pelota y cuando se iba sólo hacia el aro rival, Kirchner saltó de la banca y lo abrazó evitando la conquista. Resultado final del encuentro: suspendido por gresca generalizada.
“Lupo” lo llamaban en la intimidad de Río Gallegos por su semejanza con un personaje de historieta, cuentan que era vehemente y combativo.
En una nota publicada por el diario Ámbito Financiero, Emilio García Pacheco, ex docente de Botánica y Geografía durante el paso del ex Presidente por el colegio secundario, recordó: “No jugaba bien al básquet porque era incoordinado, aunque tenía una misión clave como era tomar los rebotes en defensa y pasar la pelota al que tuviera más cerca, antes de tratar de hacer lo mismo en ataque. Una vez que conté aquella anécdota en público, me llamó y me dijo qué macanas había estado diciendo. Después se rió y agregó: 'te voy a confesar algo, lo escuché y me hiciste lagrimear'".
Realmente se hace difícil escribir y mantener un hilo conductor cuando uno mira por la ventana y ve una plaza iluminada, llena de silencios, llena de banderas, con balcones que espían (luz tenue mediante). Con algún nostálgico que saborea un amargo y con el desfile de una columna interminable que no cesa. Por allí, una abuela sentada en un banco acaricia una flor con la mirada perdida en… quién sabe dónde. Allá al fondo ¿escuchás? el himno… suena con un coro improvisado, a capella y de a poquito se van sumando. Allí está la Argentina, de pie, acompañando porque el show debe continuar.
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