"Tragedia en un boliche de Once: más de 175 muertos y 102 heridos en estado crítico", publicaba el Diario Clarín el 31 de diciembre de 2004 en su edición digital.
Aquel 0800 que el gobierno porteño habilitó para entregar información a familiares, hoy es historia. Cuando uno se comunica, un conmutador ofrece opciones, pero nada tienen que ver con la tragedia de República Cromañón.
Aquellas zapatillas Topper que se erigieron como símbolo de Cromañón, hoy están en el recuerdo. Han pasado cuatro años y el santuario sigue latiendo: Con cada historia, con cada sensación de justicia, con cada marcha plagada de impotencia, con cada lágrima derramada y con cada 30 de diciembre con sabor a nada o a mucho, depende de dónde se lo mire.
Florencia Laura Diez, dejo sus sueños en Cromañón, como tantos otros jóvenes. Nació el 24 de febrero de 1986, hoy tendría 22 años, pero se apagó en Cromañón. En su sitio web hay 1565 noticias entre el 2005 y el 2008; fotos, homenajes y recuerdos. Páginas, Fotologs, Foros, y tantos lugares más... todos con algo en común, todos rehenes de Cromañón.
"Cromañón era como el subte a las seis de la tarde, por el calor intenso y la cantidad de personas", expresó un jóven sobreviviente de 24 años. "Recuerdo personas muertas cayendo sobre mí", contó Mariana. "El baño de damas parecía un jardín de infantes, estaba lleno de bebes", describió otra jóven.
Cada 30 de diciembre se enciende la nostalgia, la indignación, la tristeza, pero nunca la resignación porque los corazones arden y para que ese fuego se apague, debe hacerse justicia.
Foto: Infobae
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