ROMAN IUTCH - LA RADIO Y EL FÚTBOL (Podcast)

Por: Román Iutch (Tirando paredes - 13 de diciembre de 2008 - Radio Continental)

Esta no es una columna que abonará los méritos del exitoso Tigre de Cagna, con profundo espiritú colectivo, para cumplir el sueño de la vuelta olímpica. Quienes esperen elogios para el insaciable Boca de Ischia, siempre presente en este tipo de deficiniciones, ya mismo pueden cambiar de radio. No será este el ámbito en el que se mencionarán las razones por las que el San Lorenzo de Russo debería quedarse con el Apertura. Lamentamos desilusionar a los que esperen aquellos elogios, merecidos por cierto, que se corresponde sean tributados al Lanús de Zubeldía, esta historia es distinta...

Había una vez en la que el fútbol no era sólo la televisión, los diez partidos, el codificado y el cable. Hubo un tiempo en el que el espectáculo estaba dado por la radio, un gran show repleto de voces, cada una con un rol bien definido, que hacían de la fantasía un verdadero festín.

Los relatores, eran estrellas que inventaban metáforas y estimulaban la imaginación. Los comentaristas, sesudos analistas que diagnosticaban virtudes y defectos de los equipos. Los periodistas de vestuarios nos invitaban a un viaje en el que ellos eran nuestros ojos ante los protagonistas. El hombre de los estudios centrales se transformaba en una propaladora informativa. El locutor, entregaba esos avisos que repetiamos de memoria y los cronistas de las canchas aparecían de repente, en seco y anunciaban las novedades en los distintos partidos de la fecha.

La radio era la vedette, la fuente de conocimiento y un instrumento social... es que el tipo de la radio tenía el poder y con su portátil avisaba a la multitud de cualquier detalle que se producía en las distintas canchas, era indispensable su lugar, tanto como su rapidez y veracidad a la hora de informar a la masa, lo suyo era clave en el ánimo de los hinchas y su mensaje viajaba como un reguero de pólvora.

La maldita violencia, propia de estos tiempos, se fue quedando con la presencia de la gente, tanto como con distintos rituales de la ceremonia de la ida a la cancha. Entre aquellas tradiciones que se fueron perdiendo la radio también pasó a la historia: Las pilas, como posible elemento contundente quitaron de la escena en las populares la presencia de la vieja Spica y como tantos otros detalles salieron del color de los estadios. Si con eso solo no alcanzaba, la transmisión de los encuentros, sólo mostrando hinchas exaltados, sin enfocar una sola acción del partido, algo inimaginable tiempo atrás, también quiso poner a la radio de rodillas, sin embargo la vida es un ciclo y por eso la tecnología, desde algunos celulares, mas la fidelidad de algunos verdaderos fundamentalistas del transistor, le devolvió parte de la vida a la radio.

La definición más apasionante que el fútbol argentino podía presentar de dos décadas a esta parte, se dará el próximo domingo. Tres equipos igualados en puntaje con un cuarto a sólo dos unidades estarán cerrando el Torneo jugando simultaneamente en mismo día y horario. Hinchas de Boca en la Bombonera, devotos de San Lorenzo en la Paternal, militantes de Tigre en Victoria y fanáticos de Lanús en el sur; poblarán las canchas y alentarán sin pausa a sus jugadores.

Allí y en todos los rincones del país, invicta, invencible y más viva que nunca estará la radio para contar goles, vidas y milagros; mientras la imagen del 20 pulgadas sigue pensando cómo multiplicar por cuatro para satisfacer todas las necesidades, la radio muerta de risa prepara su gran fiesta, es que si el fútbol elige sus mejores ropas para un domingo de gala, inolvidable y con corazones acelerados, la radio tenía que estar allí para contarlo y volver a demostrar que contra la imaginación del teatro de los sonidos de la mente, no hay rivales posibles. El campeonato eterno, el de las costumbres y los usos de los hinchas; la radio, siempre estoica, ya lo ganó por afano.

Foto: Luis Canedo (Flickr)

Román Iutch - Tirando Paredes

2 Comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la transcripción, pero cuidemos la ortografía. "invencible" y no "invensible" y "ay" por "hay".

Gracias.

Fernando Candeias dijo...

Gracias por la observación.